Arte Cirujanos del arte 
Los equipos de restauradores de museos, teatros y otros edificios porteños revelan los secretos de esta profesión. El valor cultural de rescatar las obras originales. Cómo recuperar el deterioro causado por el ser humano.
Restaurar significa reparar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía. Así lo define la Real Academia Española y los restauradores respetan la enunciación al pie de la letra. No es reciclar ni rehacer. Es recuperar una obra u objeto que por culpa del paso del tiempo, los factores ambientales o la propia mano del hombre, está deteriorada.
"Lo más complicado de la restauración de hoy es la discusión con aquel que piensa en la restauración desde lo estético y no desde el valor de la obra. Hay una gran confusión entre restauración y reciclado", analiza Sergio García Xaubet, uno de los profesionales que trabaja en el teatro Regio y que intervino en el ex Correo Central y el teatro Colón. "Lo positivo es que se creció mucho en esta materia, se están haciendo buenos trabajos. Hemos logrado cambiarles un poco la cabeza a muchas personas que están en puestos altos como para que las cosas se hagan mejor. Creo que en un noventa por ciento de los trabajos que hice pude lograr un nivel de restauración como el que se está haciendo en cualquier parte del mundo, más que nada en Europa. Y eso no es poco", agrega.
Hallazgo. García Xaubet y Teresa Romano fueron convocados para hacer unas aberturas en el cielo raso del teatro Regio, donde debían colocar unas rejillas para el aire acondicionado de la sala. Ya que tendrían que echar mano sobre la obra, les pareció pertinente hacer unas pruebas de restauración. Una tarde en plena merienda, casi como un juego pero en gran parte por defecto profesional, pusieron la luz rasante y algo les llamó la atención. "Nos quedamos mirando y no lo podíamos creer, agarramos el bisturí y empezamos a ver qué había abajo", relata Romano. Lo que inicialmente parecía una sombra, tenía un claro patrón. No era una mancha de humedad sino un dibujo perfectamente diseñado. "Obviamente, sabíamos que las capas de pinturas que teníamos adelante no eran originales, pero tampoco esperábamos encontrarnos con esta otra capa pictórica debajo de este friso. Es complicado recuperarlo, pero con las técnicas adecuadas se puede hacer", se alienta un poco a sí mismo García Xaubet.
Fuente:Infonews
Jueves, 25 de abril de 2013
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