Boca Borrón y cuenta nueva  El equipo de Bianchi cerró un año para el olvido, con una carencia absoluta de recursos futbolísticos y sin personalidad suficiente como para, al menos, devolverle algo al hincha que aguantó el bodrio sin chistar.
Carlos Bianchi se toma de la cintura y oculta la terminación del saco. Está a un costado de la cancha. Al rato, el artífice de que La Bombonera no sea un hervidero de insultos y cantos en contra de los futbolistas se rasca la cabeza. Boca juega tan confundido como la primera impresión que generó cuando salió con la camiseta rosa. En los primeros minutos, intenta hacer pie –sí, de local–, y no sé sabe si gana terreno de a poquito para fortificarse o si por dentro siente miedo de acercarse al arco de Fernando Monetti. Sufre del mal de las impresiones, sobre todo, en la segunda línea, la del pase de gol. Si Fernando Gago se equivoca, qué le quedará al resto... Quizás eso piensa Bianchi. En la primera mitad, Boca generó una sola situación de gol: Francesco Celeste desbordó, cruzó el centro y Emmanuel Gigliotti se pasó de largo y terminó encastrado en la red. El escape ante el vacío en la gestación de juego fue la individual, pero Gago y Juan Martín Martínez chocaron como autitos de un parque de diversiones. El último partido de este 2013 bostero debía cerrarse de esta manera: el empate ante Gimnasia La Plata fue un suplicio, un pedido de que por favor se termine este año, que todo vuelva a empezar, ya no más...
Sólo Atlético de Rafaela y Olimpo recibieron más goles que Boca en el Torneo Inicial. Los centrales suelen ser los pilares de una defensa, los que salvan con sus cruces las cagadas de los laterales, los que se agigantan cuando roban pelotas y salen con un pase. Daniel Díaz, el Cata que se suponía que era una garantía, no alcanzó ese estatus. Ayer lo acompañó en la zaga Guillermo Burdisso, que no jugaba desde la fecha 12 ante Godoy Cruz. En el gol de Franco Mussis, salió arriba –se desnudó– y quedó petrificado: la pelota le pasó por un costado y Mussis la recibió con Agustín Orion como única referencia en el horizonte. Burdisso podría haber sido Claudio Pérez o Ribair Rodríguez. A Bianchi este partido le sirvió para bosquejar el Boca que vendrá el año que viene. Sólo podrá incorporar dos jugadores, y tendrá que sacarle el jugo a lo que tiene dentro del plantel. Boca jugó ante el Lobo con la depresión de fin de año, con el hastío del último día antes de las vacaciones.
“Queremos hacer una buena pretemporada. Sabemos que Boca tiene que salir campeón. En los seis meses que estuve, la gente lo volvió a demostrar. Está para un equipo campeón y no se lo pudimos dar. Tenemos que mejorar colectivamente y arrancar de cero”, admitió Gigliotti, que no marcaba un gol desde la fecha 13 frente a Colón y sumó ocho para ser el goleador del equipo.
“¡Boca, Boca, Boca!, ¡huevo, huevo, huevo!”, se escuchó cuando el equipo enfilaba hacia la escalera que conduce al vestuario en el entretiempo. Fue el único mensaje hacia los jugadores. Un reclamo actitudinal. Facundo Oreja le había ganando trabando a Juan Sánchez Miño en la previa del gol de Mussis. Gimnasia había metido un gol a lo Boca. La figura del entrenador más ganador de la historia amortigua el encono de los hinchas hasta con un jugador puntual. Todos se retiraron aplaudidos. Ni cerca había estado Boca de ganarle al Lobo, que realizó un papel discreto y cerró con 26 puntos el primer torneo después del regreso de la B Nacional, un punto más que la media que repiten como mantra los técnicos. Bianchi contará con las mismas cartas. Tendrá que barajar y dar de nuevo; ese será su truco.
EL ANÁLISIS
El único reclamo de la gente fue actitudinal, cantando el clásico “¡Boca, Boca, Boca!, ¡huevo, huevo, huevo!”
Se conforman con poco...
COMENTARIO
Desde el comienzo, Boca parecía temeroso de avanzar. Esa rara sensación para el local que ganaba terreno de a poco, tuvo cierta lógica en base a las imprecisiones de un Gago desconocido y que contagió a sus compañeros, aunque no con aspectos positivos. Gimnasia se plantó con dos líneas de cuatro y mucha presión, con salida rápida. Así llegó al gol. El equipo de Bianchi generó una sola situación en el primer tiempo y si no hubiese sido por el error de Monetti, no llegaba a la igualdad.
LA FIGURA
Franco Mussis. El gol, el primero en la Primera División, fue un premio al siempre importante trabajo del mediocampista que es pretendido por varios equipos para la próxima temporada.
CAMPAÑA
43
por ciento de los puntos sacó Bianchi desde que volvió a Boca, es decir, en 2013: 16 victorias, 17 empates y 17 derrotas.
¡QUÉ DEFENSA!
24
goles recibió Boca en este Torneo Inicial. Sólo dos equipos sufrieron más: Atlético de Rafaela y Olimpo, con 25.
Lunes, 9 de diciembre de 2013
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