De acuerdo al último relevamiento de la CAME se observaron 2.641 manteros vendiendo en la vía pública de la Ciudad de Buenos Aires, lo que durante el mes de febrero generó una facturación de 52,4 millones de pesos.

Tras el conflicto con los vendedores ubicados en la calle Florida, ahora el centro de atención se mudó a los barrios de Once y Floresta, donde la actividad informal mostró el mayor aumento.

Esta situación molesta a los comerciantes vecinos, que se ven afectados en su actividad laboral, y también perjudica el andar de los peatones, ya que los manteros ocupan gran parte de la vereda.

La zona de Once, en las cuadras aledañas a la estación de trenes, se convirtió en una verdadera feria a cielo abierto, con una multitud de puestos callejeros que colman las aceras de la Avenida Pueyrredón, desde Rivadavia hasta Corrientes.

Una comerciante del lugar, explicó a un matutino porteño, que la situación es muy complicada ya que los manteros obstruyen la puerta de su local. Y denunció que a pesar de haberse reunido para resolver el problema, los puesteros "se retiran un poco y en seguida vuelven".

En Floresta, los vecinos expresaron que ya no se caminar porque las mantas ocupan casi todo el ancho de la vereda y no se puede pasar. "Llegan a partir de las 8, se ubican y se quedan hasta las cuatro de la tarde", manifestó el dueño de un local, que reconoció que la policía no hace nada.

Además, los comerciantes indicaron que no son competencia directa, pero ocupan cada vez más lugar y es muy molesto para los clientes. "No podemos echarlos y cuando los de la municipalidad los sacan, vuelven", señalaron.



Fuente:Infobae.com