Se ganó un nombre como movilero y panelista a finales de los años noventa, mimado por Jorge Rial primero y por Viviana Canosa después. El pelo de múltiples colores y su desparpajo natural, siempre buena onda: sus distintivos principales. A los famosos le caía bien. Y a la gente, más. Pero un día renunció. Dejó todo. Cansado de la vorágine de la farándula y el periodismo de chimentos, se abocó a su cuenta pendiente con la música. Y formó una banda y salió de gira por el circuito de pubs y boliches. Aunque las cosas, claro, no salieron como pensaba: pasó hambre y se descubrió haciendo zapping “un martes a las 4 de la tarde en pijama” y sabiendose “de memoria” la programación completa del Discovery y el History Channel.

“No me arrepiento de haber pasado por ese vía crucis”, dice hoy Camilo García, ya regresado a la tele, de nuevo con Canosa, y flamante incorporación del Cantando por un Sueño 2012. “Ya el año pasado me habían ofrecido ser parte del programa.


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