A menos de dos meses de la elección interna en la CGT, comienza una semana de definiciones alrededor de los sectores que pujan por conducir los destinos de la principal central obrera del país, y que intentarán por estos días cimentar las alianzas necesarias para imponer a los dos candidatos, Hugo Moyano o el metalúrgico Antonio Caló.
El puntapié inicial lo dará Hugo Moyano. De campaña para aglutinar voluntades detrás de su aspiración a un nuevo mandato, el líder de los camioneros compartirá mañana al mediodía un asado con “130 agrupaciones gremiales” que apoyan su reelección, según anticiparon fuentes cercanas a Moyano. El convite tendrá lugar en el camping del Sindicato de Empleados Textiles (SETIA), ocasión donde el moyanismo buscará dar una señal de fuerza exactamente dos días antes que se reúna el Comité Confederal de la CGT, órgano que deberá ratificar la convocatoria al congreso del 12 de julio, donde se elegirá al nuevo secretario general de la central obrera.
No obstante, desde el heterogéneo sector disidente ya avisaron que no serán de la partida, ya que analizan incluso impugnar la última reunión del Consejo Directivo por supuestas irregularidades en el quórum. “Decidimos que no vamos a ir al Confederal, ni los gordos ni los independientes ni Barrionuevo. Además seguimos adelante con la impugnación al llamado de Moyano en la última reunión de Consejo”, advirtió Oscar Lescano, secretario general de Luz y Fuerza y referente de los gremios “gordos”, los más importantes en cantidad de afiliados.
Tras la frustrada reunión de la semana, fruto de la desconfianza imperante aún entre la ancha alianza antimoyanismo, el sector intentará acercar posiciones a través de un encuentro convocado para este martes. Ya sin la presión de cerrar el acuerdo paritario, el metalúrgico Antonio Caló buscará esta semana tener un diagnóstico preciso de las relaciones de fuerza con que cuenta a la hora de hacer frente a Moyano. “Llegó el momento de contar los porotos”, graficó un dirigente que respalda la candidatura de Caló, quien la semana pasada recibió el apoyo del “núcleo” del Movimiento de Trabajadores Argentinos, histórico bastión del moyanismo.


Fuente: Tiempo Argentino