El director de la consultora Politikón, Alejandro Pegoraro, analizó en comunicación con CIUDAD TV el escenario económico nacional y provincial, al que definió como “una especie de transición” entre la volatilidad previa a las elecciones y un período “un poco más estable” pero con desafíos abiertos hacia 2026. “Tenemos ciertas expectativas más equilibradas, pero pre anunciando los desafíos que tiene el Estado nacional y su programa económico de cara a 2026”, señaló.


Pegoraro destacó que “el tipo de cambio está bastante estable”, aunque con movimientos hacia la parte superior de la banda cambiaria. Sin embargo, advirtió que persiste “la pregunta o el interrogante de hacia dónde avanza en 2026 el programa monetario, el programa cambiario y el programa económico”, en un contexto donde el Estado enfrenta un volumen significativo de vencimientos: “La Nación está equilibrando lo que se había desequilibrado, pero no está haciéndose de los fondos para cubrir los vencimientos y eso genera cierta alerta”.

El consultor indicó que la prioridad oficial sigue siendo la desaceleración inflacionaria: “Se va a seguir priorizando la baja de inflación y el resto de las variables van a seguir estando en segundo lugar”. En ese marco, consideró posible que en 2026 reaparezcan episodios de inestabilidad cambiaria vinculados a la necesidad de dólares para afrontar la deuda.

Respecto de la actividad económica, evaluó los datos recientes del INDEC: “La actividad creció en septiembre, impulsada por la intermediación financiera y algunas actividades menores como la pesca”. Pero señaló que los sectores de mayor empleo continúan en retroceso: “La industria muestra un proceso descendente, la construcción no logra mejorar y el comercio tiene sus vaivenes. Los bienes esenciales siguen siendo altamente retrasados”.

Para Pegoraro, el principal problema es la disparidad sectorial: “Tenemos una actividad económica altamente heterogénea con un resultado final explicado por sectores que no generan empleo”. Añadió que parte de la estabilidad actual se sostiene “a costa de mantener planchados sectores muy dinámicos”, lo que deriva en pérdida de puestos de trabajo y cierre de empresas, agravado por un aumento de importaciones que ya impacta en líneas industriales como textiles y electrodomésticos.

Sobre las perspectivas de recuperación, planteó un interrogante histórico: “Los procesos de crisis en Argentina tuvieron al Estado como locomotora. La pregunta es de qué manera la industria, la construcción o el comercio van a poder crecer si no está el Estado. ¿Es posible?”. Según explicó, el gobierno sostiene que sí, aunque advirtió que “el problema es el tiempo que eso demanda y las consecuencias que deja en el medio”.

En relación con el escenario internacional, frente a un posible acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, Pegoraro afirmó que no ve un riesgo inmediato de desplazamiento del productor argentino por el norteamericano, aunque reconoció que podría haber cambios en la orientación del mercado mundial: “Las ventajas comparativas siguen siendo fuertes”.

También llamó la atención sobre el acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos: “Lo que se conoció hasta el momento muestra beneficios mucho mayores para los Estados Unidos que para la Argentina”, especialmente en sectores como tecnología y farmacéutica.

Cuestionó además la decisión de avanzar con la privatización de centrales nucleares: “Fueron dos mangos: 698 millones de dólares por cuatro proyectos, y Buenos Aires colocó un bono por 600 millones. No hay relación alguna”. Consideró que se trata de “una decisión muy equivocada pensando en la Argentina de mediano y largo plazo”, porque limita el desarrollo de industrias de valor agregado.

Situación provincial: dependencia y caída de recursos

Sobre el Chaco, sostuvo que “no ha cambiado mucho la vinculación con la Nación”. Indicó que la provincia continúa “con los mismos pasos de adelantos financieros para cubrir baches de caja” y mencionó retrasos en convenios: “En septiembre se anunció el convenio con ANSES para transferir fondos del déficit previsional. Terminó noviembre y esos fondos no han llegado”.

Pegoraro afirmó que el Chaco cerrará “un año muy difícil” y que el principal problema es la deuda de corto plazo: “La necesidad de financiamiento es tan grande que se recurre a Letras del Tesoro, adelantos de coparticipación y adelantos del Banco del Chaco para pagar sueldos, proveedores y certificados de obra”. A esto se suma la caída de recursos: “En noviembre la coparticipación cayó 5% y diciembre tampoco va a ser demasiado bueno”.

Según explicó, la provincia acumula una pérdida significativa: “Ya cayeron en 2023, cayeron muy fuerte en 2024 y se podrían caer de vuelta en 2025, con el agravante de estar casi 12 puntos por debajo de 2023”. Si no se recompone la recaudación, advirtió, habrá efectos en salarios estatales, obra pública y asistencia al sector privado: “El foco está puesto en ese punto como el más urgente”.