River Una tormenta inesperada  Dos derrotas seguidas y lo que era calma se transformó en alta tensión. “Si Ramón no le encuentra la vuelta al equipo, él dará un paso al costado”, avivó el fuego D’Onofrio. Para bien o para mal, se vienen días decisivos. Tal vez Fernando Cavenaghi haya sido el que mejor entendió eso de que los trapos sucios se lavan adentro. “Siempre pasa lo mismo en los clubes grandes, ante una derrota o dos se agrandan o se inventan las cosas”, dijo ayer por la tarde en America & Closs el capitán de River, después de que las declaraciones del presidente y del entrenador tras la segunda derrota consecutiva dejaran una imagen de incendio en River, similar a la que hace una semana tenía a Boca como escenario, también con el presidente, el entrenador y los jugadores en la línea de fuego.
Mientras Carlos Bianchi había dicho que su equipo no presentó la actitud esperada tras perder con Belgrano y Daniel Angelici le abrió la puerta a una posible salida del Virrey con su “no me temblaría el pulso para pedirle la renuncia”, con la posible vuelta de Riquelme al equipo en forma de bombero dando vueltas, en River las palabras no fueron las mismas, pero las ideas se parecen y el clima dista bastante del de hace unas semanas, cuando todavía se festejaban los Superclásicos de verano y el prometedor arranque en el Torneo Final. “A la actitud del rival tenés que ponerle más actitud. Con esta camiseta se tiene que dar más”, dijo Ramón Díaz después de que River cayera con dureza ante Colón en Santa Fe, y ayer Rodolfo D’Onofrio protagonizó un raid mediático por Fox Sports, La Red, ESPN Radio y Pasión Monumental en el que, a pesar de respaldar explícitamente al riojano, habló de una posible salida si el equipo no levanta: “Si las cosas no funcionan, Ramón se daría cuenta y diría ‘hasta acá llegué’”.
Está claro que ninguna de las tres patas en cuestión se volvió tranquila de Santa Fe (“desilusionado” fue la palabra utilizada), pero sorprende que D’Onofrio y Ramón Díaz hayan jugado tan fuerte desde sus declaraciones después de mostrarse contentos hace días nada más. Así, dejaron al capitán como única voz de tranquilidad en medio de un clima enrarecido. El presidente se fue muy disgustado por cómo jugó el equipo y, sin dar nombres propios, se descargó con el entrenador y los jugadores: “No generamos ninguna chance de gol. No queremos que siga jugando así. El River que queremos no es el que jugó el domingo. Fallamos tácticamente y faltó actitud.” A su vez, el riojano bajó un mensaje hacia sus dirigidos (“Con esta camiseta tenés que tener personalidad y demostrar”, agregó), dejando a Cavenaghi, en representación del plantel, como único protagonista con la capacidad de, al menos en lo que respecta a sus declaraciones públicas, no andar señalando en busca de responsables después de un muy mal partido y de dos derrotas consecutivas, que lo dejan al equipo con los mismos puntos que en torneo pasado tras cuatro fechas y esta sensación de que está todo mal.
Sin que sonara como una defensa corporativa y como único jugador que salió a dar la cara tras la caída en el Cementerio de los Elefantes, tanto el domingo como ayer, Cavenaghi salió a pedir paciencia como lo habían hecho Ramón Díaz y Ponzio la semana pasada y trató de poner en perspectiva lo que sucedió en los últimos días, en los que River debió convivir con dos derrotas, la posibilidad de ser sancionado por la agresión a Leandro Grimi, la apertura a la discusión sobre la continuidad del entrenador, la supuesta falta de actitud de los jugadores, las críticas a la línea de tres defensores y hasta los rumores de que Teo Gutiérrez protagonizó un escándalo en el entretiempo santafecino. “Son pavadas”, dijo el capitán y goleador, quien quedó solo en medio del cruce dialéctico posterior a la peor semana de River en lo que va de 2014, con un panorama abierto a cualquier cosa.
Martes, 25 de febrero de 2014
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