Deportes Alejandro Sabella, el campeón mundial de los cambios  El entrenador argentino movió fichas todos los partidos, para pasar del inestable 5-3-2 del debut a un sólido y equilibrado 4-4-2 que enfrentará a Alemania en el estadio Marcaná
De aquella selección argentina que inició el camino en el Mundial Brasil 2014 a esta, la actual, la que le toca enfrentar en la final a Alemania, hubo muchos cambios. Atrás quedaron el inamovible 4-3-3 y algunos nombres que parecían fijos.
El trayecto le pidió cambios a Alejandro Sabella y el entrenador atendió esas demandas en tiempo y forma. Sistemas tácticos y jugadores fueron parte de una rotación directamente proporcional a las necesidades de turno.
El primer reclamo llegó en el entretiempo del debut. Luego de consolidar un 4-3-3 con Di María, Messi, Higuaín y Agüero como hombres de ataque, decidió salir al debut con Bosnia-Herzegovina sin uno de ellos. Hugo Campagnaro desplazó al "Pipita" para concretar un 5-3-2 poco efectivo. Maxi Rodríguez empezaba en lugar de Gago.
Supo verlo a tiempo. El equipo se autocongestionaba, estaba inconexo. Sabella mandó al campo a Gago e Higuaín para volver al dibujo y a los intérpretes que le habían dado sus mejores resultados. El equipo selló la victoria 2-1 con el ingreso de Biglia por Agüero, un cambio premonitorio del 4-4-2 de la segunda fase.
Los ingresos de Gago e Higuaín ante Bosnia, el primer acierto de Sabella en el Mundial
Pero antes vinieron Irán y Nigeria. El repliegue absoluto que ensayó Carlos Queiroz mantuvo el 4-3-3 inicial durante los 90 minutos. Ingresaron Palacio y Lavezzi por Agüero e Higuaín. Cambio netamente de ejecutantes, sin variaciones tácticas ni estratégicas. El 1-0 fue agónico y, de hecho, el equipo mantuvo su falta de equilibrio.
Ante el combinado nigeriano apareció la lesión de Agüero y, con esa baja, la consolidación de Lavezzi. Ricky Álvarez reemplazó a Messi en un cambio pactado. Fue la última vez que se vio al siempre alabado 4-3-3.
Nueva ronda, nuevo esquema. El 4-4-2 debutó ante Suiza, por los octavos de final. Di María y Lavezzi jugaron en las bandas. En las dos, porque rotaron. Esa variante es uno de los fetiches de Sabella. Necesita compromiso en los carriles. Lo obtiene con jugadores mixtos. O pone mediocampistas con oficio en ofensiva o delanteros con disciplina para el retroceso. Es un mérito de este entrenador.
Los rendimientos de Fernández y Gago eran los más inestables. Optó por Demichelis y Biglia para enfrentar a Bélgica. Se lesionó Di María, eligió a Enzo Pérez. Esa fue su otra virtud. Acertó con todos los ingresos. Nunca hizo un cambio incorrecto. Los tres jugaron un gran partido y también fueron grandes protagonistas ante Holanda, en las semifinales.
Los desniveles de las primeras presentaciones quedaron en el olvido. El duelo táctico ante Van Gaal fue el examen más difícil para Sabella. Lo superó y volvió a demostrar que su determinación para estar atento a las variantes.
Sabella, en una entrevista pospartido, reconoció que el equilibrio fue paulatino
Usó casi todo su plantel, porque así se lo pidió el torneo. Ya jugaron 20 de los 23 convocados. Augusto Fernández, Agustín Orión y Mariano Andujar son los únicos que no pudieron hacer su debut en esta Copa del Mundo.
No tuvo problemas para cambiar estructuras ni para reemplazar jugadores. Alejandro Sabella atendió las demandas necesarias para llegar a la final ante Alemania en el estadio Maracaná. Y aunque su manager anunció que no seguirá al frente del seleccionado, puede irse contento con el Mundial realizado. Su forma de manejar los cambios merecen un título.
Fuente: Playfutbol
Domingo, 13 de julio de 2014
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